ENVEJECIMIENTO CUTÁNEO

La estructura de la piel está formada principalmente por: a) proteínas como colágeno, elastina, b) glicosaminoglicanos como el ácido hialurónico que son los responsables principales del mantenimiento de una piel hidratada y en un estado saludable.

El ácido hialurónico se va perdiendo con los años, aproximadamente un 1%. Esta pérdida se traduce en una disminución de la hidratación de la piel y como consecuencia provocará que se reduzca la elasticidad y firmeza.

La estructura de la piel está compuesta alrededor de un 75% de colágeno. Esta molécula mantiene básicamente su estructura y está relacionada directamente con el volumen de la piel. Con la edad la producción de esta molécula comienza a disminuir y es cuando comienzan a aparecer líneas de expresión o pequeñas arrugas como signos de envejecimiento de la piel. Si a esta disminución de la producción de colágeno le sumamos los distintos factores externos que causan su deterioro, tales como la radiación ultravioleta y la polución de medio ambiente, se incrementa mucho más la velocidad de deterioro. De igual manera que con el colágeno ocurre con la elastina.

La radiación UV, así como los diferentes contaminantes del medio ambiente favorecen además la generación de radicales libres, causando un deterioro adicional de la estructura de la piel. Con el paso de los años vamos perdiendo capacidad de reparación de nuestros tejidos.

Una vía natural de ralentizar y/o contrarrestar los daños producidos en la piel es mediante una nutrición rica en los componentes precursores que favorezcan la regeneración de esta, es decir, que favorezca la síntesis de los nuevos constituyentes de su estructura (alimentos ricos en colágeno, elastina, ácido hialurónico, …). Además, es muy útil el consumo de alimentos protectores con propiedades antioxidantes o antiinflamatorias, ya que estos ayudan a disminuir el deterioro de la piel.

*Zhang S, Duan E. Fighting against Skin Aging: The Way from Bench to Bedside. Cell Transplant. 2018 May;27(5):729-738